Las empresas necesitan adoptar medidas preventivas para proteger a los dispositivos y la infraestructura crítica de sus empleados que trabajan desde el hogar.
La demanda de electricidad en Argentina alcanzó su máximo nivel histórico en 2021, con 133.800 gigavatios/hora, un 5.2 % más que el año anterior, de acuerdo con la Fundación para el Desarrollo del Servicio Eléctrico (Fundelec).
Este informe también revela que la demanda energética en Argentina ha seguido creciendo durante nueve meses consecutivos y se prevé que siga en aumento. A esta creciente demanda se le suma la escasez energética experimentada por el país durante los primeros meses del año.
Esta inestabilidad eléctrica puede resultar problemática especialmente para las personas que trabajan desde sus hogares, quienes representan el 46 % de los trabajadores argentinos, según la consultora Adecco.
Los picos de tensión causados por los impulsos eléctricos son comunes en sistemas de potencia inestables; cuanto mayor es su magnitud, mayor es el riesgo de daños al equipo y los dispositivos. El efecto de estas fluctuaciones de tensión en los dispositivos puede variar desde el desgaste prematuro de sus componentes hasta la destrucción de esos componentes. Asimismo, las irregularidades de la red eléctrica pueden provocar el reinicio de computadoras e infraestructura crítica, con la posible pérdida de información o el deterioro de los dispositivos diseñados para ofrecer conectividad, como los módems y los routers.
Elegir el UPS adecuado para proteger los equipos electrónicos críticos. Las empresas necesitan adoptar medidas preventivas para proteger a los dispositivos y la infraestructura crítica de sus empleados que trabajan desde el hogar contra las fluctuaciones eléctricas y las interrupciones. Las soluciones como los protectores de voltaje y los estabilizadores pueden funcionar; sin embargo, se debe consultar a un experto para determinar cuál de ellas se adapta mejor a las necesidades de la organización. Para mitigar los picos de tensión y brindar autonomía eléctrica a la fuente de alimentación, las unidades de suministro ininterrumpido de energía (UPS) son la mejor opción.
Una buena estrategia no solo dependerá del sistema UPS adecuado, evitar daños futuros radicará en la velocidad a la que se defina el plan de acción. Para este plan, deben considerarse tres criterios importantes: el tipo de problema (picos de tensión, cortes eléctricos, perturbaciones eléctricas en la red), el origen (el corte de energía no es esporádico sino sistemático) y la duración típica de los eventos.
Cuando el problema es sistemático y prolongado, y la carga crítica que debe alimentarse es conocida, se debe elegir un modelo de UPS con base en la energía requerida para soportar la carga y la criticidad del equipo conectado. Las unidades UPS protegen al equipo conectado contra las inestabilidades de la red al funcionar como un búfer entre la red y el equipo. Además de proporcionar tiempo de funcionamiento de la batería, algunos modelos también protegen contra los picos de tensión, las sobretensiones y otras anomalías.
Algunos sistemas UPS compactos empleados para soportar cargas más pequeñas están disponibles con opciones que incluyen tiempo adicional de las baterías durante las interrupciones, software para iniciar el apagado cuando la batería está baja y baterías reemplazables por el usuario para mejorar la disponibilidad.
El UPS puede ofrecer tiempo de batería ya sea para seguir funcionando durante un corte eléctrico o dar tiempo al usuario para apagar y evitar posibles daños o la pérdida de datos como consecuencia de cortes no previstos.
A medida que las consecuencias del cambio climático se agudizan, la resiliencia y la adaptabilidad serán fundamentales para las empresas que buscan modelos innovadores para crear una mayor eficiencia. Las inversiones tecnológicas adecuadas a lo largo del tiempo y en función de las cambiantes condiciones les permitirán mejorar su actividad comercial.