Por Andrés Santamaría, director general para América Latina de Aruba, una compañía de Hewlett Packard Enterprise
Ciertamente atravesamos por tiempos de transformación: en unos cuantos meses, hemos dado un giro de 180 grados a la manera en que trabajamos, interactuamos, compramos, nos entretenemos y, en general, vivimos y vemos el mundo. Por supuesto, la rapidez y eficiencia con que seamos capaces de procesar la enorme cantidad de información es crucial, sobre todo en un mundo donde, además de que proliferan los dispositivos y objetos conectados a Internet, está comenzando una explosión de tecnologías disruptivas, como la realidad virtual y aumentada (VR/AR), el Machine Learning (ML), la inteligencia artificial (IA), las aplicaciones móviles, la domótica, la geolocalización y muchas otras.
Un informe de Domo (basado en cifras de Statista) predice que a lo largo de este año la cantidad de datos creados, capturados, copiados y consumidos globalmente a través de todas las tecnologías existentes será de 97 zettabytes; asimismo, estima que para 2025 se habrá casi duplicado, llegando a los 181 zettabytes. Es motivante lo que se puede construir con la gran cantidad de datos migrando de un lado a otro, pero también es retador, pues gestionar y analizar toda esta mina de oro conlleva una gran complicación.
Adicionalmente, es vital tener presente el ritmo o velocidad de la innovación, y su papel en la forma en que las compañías tienen acceso a información desde múltiples fuentes, para aprovecharla al máximo. Es decir, estamos en una era en la que los negocios ocurren en tiempo real, y no estar a la altura con estos niveles de agilidad puede costar caro.
Dado este marco en el que cantidades impresionantes de datos se producen y circulan por las redes a ritmos vertiginosos, el mejor camino para las organizaciones es convertirse en negocios basados en datos. Ello se traduce en tomar decisiones ágiles y acertadas para llevar a cabo las acciones que les permitan optimizar sus operaciones, brindar mejores experiencias, ser más costo-efectivas e innovar. La pregunta es ¿cómo alcanzar el poder de todo esto, de manera eficiente y segura?
En Aruba tenemos claro que la infraestructura de la red juega un papel principal en este objetivo. Ahora que el IoT, la IA, el ML y el Edge Computing operan en conjunto con la nube y se implementan más cerca de donde suceden las cosas, en el perímetro de la red, la forma de aprovechar el poder de los datos es a través del borde inteligente. Las redes son la base para construirlo, porque conectan usuarios, dispositivos y cosas a aplicaciones y servicios, capturando en el ínter datos sobre dónde, cómo, quién y a qué se conectan.
El borde inteligente combina conectividad, poder de cómputo y control, mientras reduce los costos de la gestión de las redes y el almacenamiento en la nube. Esto es así porque al analizar las enormes cantidades de datos que están en el perímetro, y hacerlo lo más cerca posible de la fuente, el envío de datos hasta la nube y de regreso se reduce, lo que genera ahorros operativos.
Ahora bien, ¿cómo hacer realidad la promesa del borde inteligente? Las organizaciones necesitan una base de red segura y moderna, que conecte y convierta los datos del borde en resultados de negocio, de manera constante y confiable. Las redes tradicionales no son capaces de lograrlo, pues no pueden escalar para satisfacer estas nuevas exigencias, así que la clave para competir a las velocidades digitales de hoy está en contar con una plataforma de operaciones de red que brinde inteligencia para optimizarse automáticamente, con la agilidad y eficiencia que son precisas, y que vaya más allá de sólo conectarse.
Nuestra propuesta es Aruba ESP, que es la primera plataforma integral de servicios de borde (Edge) de la industria, para administrar la infraestructura cableada, inalámbrica y SD-WAN en centros de datos, sucursales, campus y entornos de trabajo remoto. Al ser nativa de nube e impulsada por IA, automatiza, unifica y protege el borde inteligente, lo que significa que, además de llevar a cabo la conectividad, protege, analiza y actúa continuamente.
En la era actual de los negocios, desarrollar la capacidad de tomar decisiones basadas en datos, de forma precisa y en tiempo real, reduciendo la posibilidad de errores, es crítico para posicionarse en el mercado, cumplir las metas comerciales, comprender a fondo a los clientes, conseguir las mejores negociaciones y distinguirse de su competencia. Si su organización aún no es un negocio basado en datos, no espere más y dé el primer paso reinventando su red.