Intel recientemente presentó su informe de ganancias, donde se anunció que la compañía va a despedir a 15.000 empleados, el 15% de su fuerza laboral, y suspender el pago de dividendos con el fin de ahorrar $10.000 millones en el siguiente año. Patrick Gelsinger, CEO de Intel, dijo que estas medidas eran necesarias, ya que sus costos son muy altos y los márgenes de ganancia muy bajos. El 2 de agosto las acciones de Intel se devaluaron en un 26%, perdiendo $30.000 millones de su valor de mercado y terminando el día en $21,48 por acción, su peor precio desde el 2013.
Intel, junto a Cisco Systems, Microsoft y Dell era uno de los “cuatro jinetes dotcom», llegando a un valor de mercado de $500.000 millones en el 2000; en el mismo año su valor de mercado comenzó a caer y la compañía no se ha podido recuperar desde entonces. Inicialmente, mantuvo su dominancia en el mercado de chips y procesadores, pero en el 2007 tuvo otra gran pérdida con la explosión de popularidad de dispositivos móviles como el iPhone, que requerían chips y procesadores más ligeros, más pequeños y menos costosos que los que producía Intel. Actualmente, la empresa está valorada en $91.000 millones, menos del 5% del valor de Nvidia y alrededor del 40% del valor de AMD, competidores a los que dominaba previamente. En el 2024 es conocido como uno de los “jinetes olvidados” de la tecnología por inversionistas porque nunca recupero ni supero su valor de los años 2000.
Una de las principales razones para la caída de Intel fue que deliberadamente ignoró varias tendencias, como el auge de los dispositivos móviles en la década del 2000 y más recientemente la tendencia de la Inteligencia Artificial.
Esta caída continua ha causado problemas para las relaciones entre Intel y el gobierno de los Estados Unidos ya que la empresa era promovida como un campeón del país a nivel mundial por su presencia en el mercado de chips y procesadores, ganándose la mayoría de los fondos otorgados por el “Chips Act”.
Para darle la vuelta a su situación actual, Intel planea invertir $100.000 millones en cuatro diferentes estados para construir nuevas fábricas y realizar proyectos de expansión en las fábricas ya existentes. Con este fin, el gobierno de E.E.U.U. le ha otorgado a Intel $19.500 millones en subvenciones y préstamos federales. Este plan depende de que Intel pueda convencer a otras empresas para que utilicen sus servicios de manufactura, algo que varios analistas dicen podría tardar años. Actualmente, este plan solo ha incrementado los costos de operación de la compañía.