El crecimiento explosivo de la inteligencia artificial generativa está presionando los límites de la infraestructura digital. Frente a este desafío, la eficiencia energética en centros de datos se vuelve una prioridad estratégica para garantizar sostenibilidad, rendimiento y escalabilidad.
La inteligencia artificial (IA) ya no es una promesa del futuro: es una realidad que redefine el presente de las empresas, desde la predicción de demanda hasta la ciberseguridad en tiempo real. Sin embargo, esta transformación tiene un precio. Con la llegada de modelos de IA cada vez más complejos —como los que impulsa la inteligencia artificial generativa (GenAI)—, las exigencias sobre la infraestructura digital se multiplican. Según un informe de Tirias Research, se estima que los requisitos de los centros de datos y los costos operativos asociados podrían alcanzar los 84.000 millones de dólares para 2028.
Esta cifra no solo revela el impacto financiero del auge de la IA, sino también su enorme huella energética. Datos del Foro Económico Mundial advierten que los centros de datos y las redes de transmisión ya son responsables del 1% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero derivadas del consumo energético. Y lo más alarmante: esta proporción podría duplicarse para 2026 si no se toman medidas urgentes.
Ante este escenario, la industria se encuentra en una encrucijada: sostener la aceleración digital sin comprometer la sostenibilidad. La respuesta está en la eficiencia operativa. Y no como una alternativa, sino como una necesidad estratégica.
Más allá del rendimiento: una infraestructura pensada para la sostenibilidad
La infraestructura digital de misión crítica debe evolucionar hacia un modelo que no solo responda a la demanda tecnológica, sino que también integre principios de sostenibilidad desde su diseño. Para lograrlo, las empresas deben adoptar una visión que combine innovación, responsabilidad ambiental y eficiencia energética.
Uno de los primeros pasos para construir una estrategia sólida es desarrollar una matriz de materialidad energética. Esta herramienta permite identificar los aspectos clave de sostenibilidad dentro del negocio —como la acción climática, el uso eficiente del agua, la equidad laboral o la transparencia en la cadena de suministro— y enfocar los esfuerzos en iniciativas con mayor impacto positivo.
Además, monitorear indicadores como la eficiencia en el uso de la energía (PUE), la eficiencia del uso del carbono (CUE) y la eficiencia en el uso del agua (WUE) se vuelve fundamental para evaluar el rendimiento ambiental de los centros de datos en tiempo real.

Los centros de datos del futuro deberán combinar alto rendimiento con eficiencia energética para sostener el crecimiento de la inteligencia artificial generativa sin comprometer la sostenibilidad.
Casos concretos: innovación al servicio de la eficiencia
Durante el videopodcast What is Next with Vertiv?, Ana Luiza Rodrigues —gerente de sostenibilidad y líder del programa ESG de Scala Data Centers— compartió algunas de las iniciativas que su empresa está implementando para enfrentar los desafíos del sector.
Scala Data Centers, aliado estratégico de Vertiv en soluciones de gerenciamiento térmico, ha diseñado una hoja de ruta centrada en reducir el consumo energético sin sacrificar la calidad del servicio. Algunas de sus prácticas destacadas incluyen:
- Contención de pasillos calientes: Esta técnica mejora el flujo de aire dentro del centro de datos, reduciendo la pérdida de energía y optimizando el uso de los sistemas de aire acondicionado.
- Uso de energía 100% renovable: Todos sus proyectos operan con fuentes de energía alternativa, lo que contribuye significativamente a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Free cooling: Tecnología que aprovecha el aire frío del exterior para refrigerar las instalaciones, disminuyendo la necesidad de sistemas mecánicos y ahorrando grandes cantidades de energía.
- Liquid cooling: La refrigeración líquida permite disipar el calor directamente en el origen, mejorando la eficiencia térmica. Según diversos estudios, su implementación puede mejorar en un 15% la eficiencia energética total y reducir hasta en un 10% el consumo eléctrico general.
La eficiencia energética ya no es opcional
El crecimiento acelerado de la IA y la GenAI exige una respuesta contundente de toda la industria. No basta con escalar en capacidad de procesamiento; es crucial hacerlo de forma responsable y sostenible. La eficiencia operativa ya no puede considerarse un beneficio adicional: es un pilar esencial para garantizar el rendimiento, la resiliencia y la sostenibilidad de los centros de datos en el largo plazo.
“Frente a una demanda creciente y cada vez más exigente, el reto no es solo garantizar la potencia, sino hacerlo de forma eficiente y consciente del impacto ambiental”, destacó Ana Luiza Rodrigues durante su intervención.
Así, el camino hacia una infraestructura digital alineada con el futuro pasa por la adopción de tecnologías innovadoras, el monitoreo constante de indicadores de sostenibilidad y una colaboración activa entre proveedores, operadores y altos directivos. Solo con una transformación integral será posible construir centros de datos verdaderamente preparados para el futuro de la inteligencia artificial.
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